miércoles, 12 de noviembre de 2014

Los vigilantes municipales exigen su reconversión en agentes de Policía Local









Salas de los Infantes, Melgar de Fernamental y Espinosa de los Monteros son las tres localidades de la provincia donde existe la figura del ‘vigilante municipal’, que tiene carácter de agente de la autoridad en el ejercicio de sus funciones, son dependientes de la administración local y representan a ayuntamientos de la comunidad autónoma donde no existe un Cuerpo de Policía Local.


Ahora, los vigilantes municipales de 23 municipios de la región, han creado la Asociación de Vigilantes Municipales de Castilla y León (Avimucyl) desde la que solicitan su reconversión a agentes de la Policía Local, como ya se ha llevado a cabo en las Comunidades Autónomas de Aragón e Islas Baleares. Entre los argumento que esgrimen para este cambio de denominación es que son profesionales que cuentan con la misma oposición, misma formación e iguales funciones que ellos. La única diferencia notable es que los agentes portan armas de fuego y los vigilantes no, cuestión que hace más complicada su labor en determinadas ocasiones, según comenta uno de los representantes de Avimucyl en la provincia.




Sin gasto


Según explica, además, la reconversión que reclaman no conllevaría necesariamente un aumento del gasto público para las administraciones a las que sirven y por lo tanto consideran que es una cuestión de voluntad política más que económica.

Los agentes de Policía Local velan por la seguridad ciudadana, presta auxilio en casos de accidentes y se encargan de la seguridad vial y del cumplimiento de disposiciones de normativas municipales, además de otras funciones atribuidas propias de los cuerpos de Policía Local. Son la primera fuerza actuante en las intervenciones en el Alfoz de grandes ciudades y en buena parte del ámbito rural de la comunidad. Como ellos explica, sienten y sufren una gran indefensión por ser mayoritariamente patrullas unipersonales y carecer de la condición de Policía, ya que la palabra Vigilante de su uniformidad, en muchas ocasiones crea confusión y la ciudadanía desconoce la verdadera condición de Agentes de la Autoridad que ostentan, a diferencia de los Vigilantes de Seguridad Privada.



Pero la gran diferencia, apunta es que los vigilantes no llevan arma de fuego, algo que «parece ilógico al pertenecer a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y más en el ámbito rural, en zonas predominantemente de caza», señalan, a la vez añaden «el aumento de la tasa de delitos que se están cometiendo en el medio rural», cuestión que les lleva a pedir el cambio.

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